Robespierre
February 04, 2016
Digamos que uno puede siempre hacer una lectura del presente como un punto en una transición histórica de algún viejo “sistema” a un nuevo “sistema”. En algún momento de cada una de esas infinitas transiciónes, denunciar a los representantes del viejo orden significa poner la vida en riesgo, al momento siguiente significa ser un paria, luego simplemente ser controversial, y así, hasta que al otro lado del espectro se convierte en simple matoneo bienpensante de personajes insignificantes y finalmente se llega a algún tipo de comisario político. En conclusión, todo el que denuncia a algún representante del “viejo orden” casi siempre tiene o un poco de martir o un poco de matón.